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«Dos gardenias para ti / con ellas quiero decir / te quiero, te adoro, mi vida«. En esta clásica canción de Buena Vista Social Club los cubanos expresan a la perfección la esencia de regalar flores: transmitir un mensaje, un sentimiento que siempre tiene que ver con la admiración o la gratitud.

Se envían flores para felicitar, enamorar, declarar admiración, pedir perdón, expresar condolencias o buenos deseos. Pero el propósito principal de este presente es demostrar amor. Mayoritariamente son los hombres los que regalan flores a sus amadas en fechas especiales como aniversarios o San Valentín.

Al enviar flores estamos eligiendo un objeto muy particular: un elemento que está vivo, pero por poco tiempo. Un objeto que vale más por lo que simboliza, que por su ser concreto y particular, aunque la estética tenga un rol importantísimo.

Qué simboliza la flor

En su Diccionario de símbolos, Juan Eduardo Cirlot especifica que la flor es símbolo «de la fugacidad de las cosas, de la primavera y la belleza«.

Ya los poetas del siglo de oro español y el barroco americano, como Sor Juana Inés de la Cruz, relacionaban la flor en sus poesías con la juventud y con el «carpe diem», tópico que refiere a «aprovechar el instante«, lo efímero, lo que tiene vida breve.

De allí que regalar flores debido al fallecimiento se asocie con que la vida humana es breve y frágil, y tal vez bella, como una flor.

También dice Cirlot que la flor, por su forma es «una imagen del centro y, por consiguiente, una imagen arquetípica del alma«.

Las rosas son reinas

Dice Sor Juana Inés de la Cruz en uno de sus sonetos más conocidos:

  • «Miró Celia una rosa que en el prado
  • ostentaba feliz la pompa vana
  • y con afeites de carmín y grana
  • bañaba alegre el rostro delicado»

La rosa es, tal vez, la flor por excelencia, la más famosa y venerada, la que ha inspirado más poesías y canciones, la flor por antonomasia.

Conocida por su aroma inigualable se asocia con la perfección, lo femenino y el amor. No es lo mismo regalar flores silvestres que regalar rosas. Estas encierran un significado de sutileza, elaboración y lujo que se quiere transmitir a la persona que las recibe.

En este soneto, como en otros, la rosa aparece como símbolo de belleza y juventud femenina que «engaña» porque no es permanente y no durará para siempre. Este es el misterio y la magia de regalar flores, se regala un instante, un presente, un tiempo limitado. El de contemplarlas, de aspirar su aroma. Las flores nos dicen: nada es para siempre, aprovecha este instante en que puedes gozar de la vida.

Las flores, un regalo para el alma

Obsequiar flores, por ende, es un presente que va dirigido al alma y a lo espiritual. Es algo natural que permanece pocos días en el florero pero que se guarda en el alma como recuerdo especialísimo de un momento. No dudes en regalar flores. Siempre te recordarán.

 

Fuente: Suite101.net

 

 

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